Comenzaba puntual en pista. Los motores rugían, y el Gran Premio echo andar. Reglajes distintos a otros días, cambios en la estética del monoplaza, excentricidades manifiestas en el Gran Premio del lujo y la sofistificación. Los pilotos en esta jornada tan poco habitual de entrenos en lo qué va de temporada intentaban configurar las piezas para la primera batalla del día. Tenían 90 minutos por delante para hacer cambios y pruebas. Todo el findesemana girara entorno al lío de las ruedas trasera de Pirelli y las posteriores quejas de Red Bull en su propio beneficio. Lucha en los despachos que deslucen un deporte seguido por muchos aficionados. Polémicas aparte los corredores salieron a falta de 45 minutos a probarse y probar su bólido en pista. Aunque el primero se iba sucediendo según iba mejorando el estado del asfalto la lucha final estaba destinada para los competidores de más alto rango en su lucha por el campeonato. Quizás Rosberg como primero no difiera en nada de lo que habitualmente vemos otros días de entrenos en otros Grandes Premios pero siempre es bonito comenzar en un circuito maravilloso para muchos espectadores. !Es la Magia de Mónaco!
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