Drazen Petrovic nació en Sibenik (hoy Croacia,
antes Yugoslavia) el 20 de octubre de 1964. Su nombre, que significa
"cariñoso o dulce", contrasta curiosamente con ese carácter en la
pista, que le hacía ganarse enemigos acérrimos por su descaro, genialidad y
desconsideraciones. Adicto al trabajo, no había cosa que odiara más que perder.
Sus inicios en el
Sibenka
Después de empezar
jugando en su barrio y acostumbrado al éxito desde pequeño -llegó a anotar 114
puntos en un partido de infantiles-, con 15 años fue fichado por el Sibenka,
equipo donde jugaba su hermano Alexander. Con este conjunto debutó en
Primera División en 1980. Su técnica individual era ya en esta época difícil de
mejorar, a pesar de que su afán de superación le llevaba a entrenar
continuamente. El técnico Neven Spahija, gran amigo de Drazen al haber
crecido juntos en las mismas calles de Sibenik, comentó recientemente que "con
12 años le dieron las llaves del pabellón ante su insistencia por entrenar.
Siempre iba a tirar desde las seis de la mañana hasta las siete y
media y luego se iba a la escuela a las ocho".
La época dorada de la
Cibona
Tras ganar dos
campeonatos con el Sibenka, y realizar el servicio militar, en 1984 firma por
la Cibona de Zagreb, siguiendo nuevamente los pasos de su hermano. Debutó
precisamente ante su ex equipo, el Sibenka, y le metió 56 puntos, sin un ápice
de sentimentalismo. Al finalizar el encuentro declaró: “no ha sido
duro, los recuerdos son recuerdos y el amor es amor, pero en la pista no
conozco a nadie. Volveré a anotar 56 puntos contra ellos si tengo la
oportunidad"
Alcanza con este equipo dos veces la Copa de Europa y una
Recopa, convirtiéndose en la auténtica "bestia negra" europea del
Real Madrid. Ganador nato, era capaz de levantar continuamente la moral de sus
compañeros y fue legendaria su manera de celebrar cada canasta como si fuera la
última.
Su llegada al Real
Madrid
El club blanco, viendo
lo difícil que resultaba vencerle, le fichó por 4 años en la temporada 88-89.
Durante ese verano muchas fueron las especulaciones sobre el futuro de Drazen
Petrovic. Se hablaba sobre el interés del Barça y el gusto del de
Sibenik por el club blaugrana. Toda la prensa estaba detrás de aquel traspaso y
se hablaba incluso de la NBA. Petrovic visitó Barcelona y la prensa afiló las
plumas: 'Petrovic jugará en el Barça'. Pero la directiva del Real Madrid,
formada por aquel entonces por Ramón Mendoza y Mariano Jaquotot hacen
público que Petrovic firmará como jugador del Real Madrid. A la noticia le
acompañan unas fotos de Petrovic en la Ciudad Condal con la bufanda del Real
Madrid. Se había hecho, el 'verdugo' jugaría de blanco.
Con el Madrid gana una
Copa del Rey y una Recopa -tras una actuación estelar ante el Caserta de Oscar
Schmidt, anotando 62 puntos-, pero se le escapa la Liga ACB, que pierde con el
Barça. Sólo cumplió un año en Madrid. Al final de esa primera temporada provoca
una espantada y se fuga a la NBA.
Su llegada a América y la
Guerra de los Balcanes
Su destino fueron los Portland Trail
Blazers de Drexler, Porter y Kersey. Pero la falta de
confianza de su entrenador, Rick Adelman, y una lesión en la espalda
que le llevó al quirófano le tuvieron gran parte del año en el dique seco.
Cuando volvió jugó poco, aunque su equipo fue finalista de la NBA.
Durante ese tiempo estalló
la guerra de los Balcanes, hecho que desmenbró a la antigua
Yugoslavia, lo cual le afectó mucho, como no podía ser de otra manera. Desde el
principio, siempre se definió como croata, apoyando las reivindicaciones de su
pueblo. El terrible conflicto separó para siempre a muchos de los que habían
sido compañeros. Fue el caso de su gran amigo Vlade Divac, al que la
guerra separó tanto baloncestísticamente (uno pasó a defender los colores de Serbia y
el otro los de Croacia) como personalmente.
Estrella en los Nets y la plata de Barcelona,92
La temporada 90-91, al
no encontrarse cómodo en Oregón, cambia de equipo y ficha por los Nets gracias
a un triple intercambio con Denver Nuggets que lo envió a New
Jersey. Con los Nets se convierte en el máximo encestador de su equipo durante
dos temporadas con más de 20 puntos por encuentro.
En 1992, en los Juegos
de Barcelona, Petrovic y sus compañeros logran la medalla de plata en la final
contra el 'Dream Team' estadounidense, consiguiendo así su mayor
éxito defendiendo la bandera de Croacia. El indomable Drazen se encontraba en
el mejor momento de su carrera.
Muerte trágica en la carretera
Pero la desgracia llegó
a su vida en 1993. Tras caer en primera ronda de playoffs ante Cleveland,
Drazen regresó a Europa donde estaba concentrada la selección croata. Murió en
un accidente de tráfico cuando un camión se cruzó en el camino de su coche en Denkendorf, una
población alemana cercana a Munich. Su gran amigo, Spahija y
el pívot Stojan Vrankovic, fueron los encargados de reconocer el cádaver.
Más de 100.000 personas acudieron a su entierro para darle las gracias y el
último adiós.
Unos días más tarde, 6.000 personas asistieron al pabellón
de la Cibona, para ovacionar al mito durante veintidós minutos. Pero el
recuerdo de Drazen sigue vivo y su tumba es lugar de visita obligada para todos
los amantes del baloncesto.Los Nets retiraron su dorsal número 3,
al igual que la Cibona, que puso el nombre del jugador a su pabellón y le dedicó
una escultura y un Museo Memorial en su honor. Desde septiembre de 2002
ocupa un lugar destacado en el Salón de Fama del baloncesto.
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