El presidente de la FIFA, Joseph Blatter, se declaró convencido de que los brasileños apoyarán la Copa del Mundo de fútbol cuando comience el torneo, el próximo 12 de junio con el Brasil-Croacia, a pesar de la convocatoria de la sucesión de huelgas y manifestaciones de las últimas semanas.
"Estamos trabajando con el Gobierno para hacer la mejor Copa de la historia, pero necesitamos del apoyo del pueblo brasileño. Eso es muy importante y tengo la certeza de que cuando comience, todo el país estará apoyando al fútbol", dijo Blatter a la prensa en Sao Paulo, tras una reunión del Comité Organizador.
Blatter recordó que cuando Brasil logró la designación como sede para organizar el Mundial, en 2007, se celebró una gran fiesta en la playa de Copacabana en Río de Janeiro, pero que "algo debe haber cambiado desde entonces".
"No es posible agradar a todos, en todos los países del mundo existe gente que no está satisfecha. La felicidad general es imposible (...) (pero) el fútbol conecta a las personas", agregó.
Las declaraciones del máximo responsable de la FIFA se realizan ante la preocupación de los organizadores por las protestas de las últimas semanas y que ya se produjeron el año pasado en Brasil durante la disputa de la Copa Confederaciones.
Las manifestaciones del año pasado llegaron a reunir a un millón de personas en las calles en un solo día y muchas se produjeron en los alrededores de los estadios que serán sede del Mundial, donde se registraron enfrentamientos con la policía.
Desde entonces, las protestas en contra del coste de la Copa del Mundo y en defensa de la mejoría de los servicios básicos han disminuido en número de personas, pero han sido constantes en las principales ciudades del país.
El ministro de Deportes de Brasil, Aldo Rebelo, admitió que es imposible prometer que el país estará listo para el partido inaugural del Mundial de fútbol el 12 de junio, en el día en que una huelga de los trabajadores del transporte paralizó parte de Sao Paulo, la mayor ciudad de la principal economía latinoamericana.
"Cuando uno lidia con un evento tan grande como la Copa del Mundo, no hay forma en la que puedas poner un diploma en la muralla que diga que estás listo. Tienes que estar preparado cada día. Todos deben estar trabajando las 24 horas. Hemos hecho todo dentro de nuestra capacidad para que las cosas queden lo más cerca posible de estar listas", confesó Aldo Rebelo en Sao Paulo.
Grandes partes de Sao Paulo quedaron paralizadas el jueves después de que una huelga de trabajadores del metro obligara a la población a emplear sus vehículos para ir al trabajo.
Esta ha sido la más reciente de una serie de paros que han afectado a Brasil en las últimas semanas. La policía, los profesores y los conductores de autobuses también convocaron huelgas para solicitar un aumento de sueldo y han provocado la incertidumbre en los organizadores sobre cómo afectarán estas manifestaciones al campeonato.
Los 12 estadios del Mundial deberían estar listos, aunque los trabajadores aún están dando los retoques finales a algunos de ellos, informó el secretario general de la FIFA, Jerome Valcke, quien reconoció que algunos de ellos aún no tienen todos los asientos y otros están instalando generadores.
"Parece que hay muchas obras en curso", dijo Valcke. "Yo diría que es muy normal. Y que es más normal cuando consideras que los estadios fueron entregados tarde. No tenemos temores sobre los próximos días", afirmó.
El presidente de la FIFA, Joseph Blatter, evitó referirse a las preguntas obvias sobre Catar, anfitrión del Mundial 2022 y que se ha visto salpicado por las acusaciones sobre posibles sobornos para influir en la decisión. Blatter dijo que no hablaría del asunto hasta que tenga el informe de Michael García, encargado de investigar el caso.
"Lo único que puedo decir a los cataríes es que en marzo de este año nosotros dijimos que no cuestionaríamos el Mundial en Catar y estamos esperando el resultado de la investigación. No soy un profeta, así que nosotros esperaremos los resultados y veremos qué ocurre", indicó.
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