El piloto español de MotoGP Marc Márquez (Repsol Honda) se muestra feliz por la consecución del título mundial de Moto2 de su amigo Esteve Rabat, labrado a base de "esfuerzo y sacrificio", mientras que confía "plenamente" en que su hermano Àlex conquiste en el Gran Premio de la Comunidad Valenciana la corona en Moto3.
"Hoy quiero empezar felicitando a mi amigo 'Tito'. ¡Enhorabuena, campeón! Estoy muy contento por lo que ha logrado y por cómo lo ha logrado. Tito es un ejemplo para todos. Lo es por el esfuerzo y el sacrificio con el que ha trabajado, año tras año, por la forma en la que ha creído siempre y en la que ha perseguido su sueño y el de todo piloto de motociclismo", escribe Márquez en su 'blog'.
El ilerdense asegura que el barcelonés "ahora lo ha conseguido y puede estar muy orgulloso, porque lo ha hecho con todo merecimiento". "¡Eso sí, Tito, ahora que ya eres campeón del mundo espero que de vez en cuando quieras seguir viniendo a entrenar con nosotros, jajaja!", comenta.
Por otro lado, el de Cervera recalca que en Moto3 "también tuvieron una carrera muy dura, muy exigente". "El campeonato sigue abierto y confío plenamente en mi hermano. Sé que tiene muy claro cómo debe afrontar el último Gran Premio del año, en Valencia. ¡Ánimo, Álex!", confiesa.
"Por nuestra parte, en MotoGP tuvimos un fin de semana muy satisfactorio, también. No fue sencillo, de salida, porque han sido tres Grandes Premios consecutivos. Quieras o no, a este tercero llegas algo más cansado, y además el de Malasia es muy exigente. La sensación térmica era altísima, ¡una pasada!", comenta Márquez.
El bicampeón del mundo de MotoGP reconoce que desde los entrenamientos "la cosa fue saliendo bien" y que la decimotercera 'pole' del año fue "una gran alegría y satisfacción" a nivel personal y para el equipo. "El domingo redondeamos el fin de semana con una victoria muy especial", relata.
"En efecto, ha sido la duodécima victoria del año y, así, hemos igualado el récord de Mick Doohan, toda una leyenda de este deporte y del Equipo Repsol Honda. Gracias a eso, además, pude sacar la bandera azul con el dorsal '12' de mi hermano Álex, un gesto que me apetecía tener con él", confiesa el piloto español, que tras "tres semanas frenéticas, sin descanso" agradece "bastante" descansar antes de ir a Cheste.
El piloto español de MotoGP Dani Pedrosa (Repsol Honda) recalca que se llevó "un poco mal sabor de boca" del último Gran Premio celebrado en Malasia, donde no pudo acabar tras dos caídas, por lo que tiene ganas de llegar ya a Cheste para "ofrecer al equipo el final de año que se merece".
"¡Vaya tres semanas, qué ritmo! La verdad es que ahora nos llega un brevísimo descanso que viene realmente bien, aunque por mi parte tengo un poco mal sabor de boca por cómo terminó este último Gran Premio. Como imaginaréis, estoy con muchas ganas de llegar a Cheste y poder terminar el Mundial con un resultado mejor, y daros una alegría", escribe Pedrosa en su 'blog'.
El de Castellar del Vallés reconoce que ha sido "un mes cansado", además de por las carreras, "por todo lo que ha rodeado a los propios Grandes Premios". En este sentido, subraya la "locura" vivida en Indonesia. "No sé si es un país que está en disposición de acoger un GP, pero si no, al menos, se merecen tener un piloto puntero en el Mundial", apunta.
El catalán entiende "perfectamente" la gran afición al motociclismo en Europa y en España, donde "hay cuatro Grandes Premios y pilotos punteros", pero insiste en que lo de Indonesia "es muy meritorio" y es "pura afición", mientras que en Malasia "la cosa cambió un poco".
Respecto al fin de semana en Sepang, donde "uno de tus principales rivales es siempre el clima", Pedrosa se sintió "muy bien desde el primer día". "Pronto recuperé las buenas impresiones sobre la moto que no había tenido en Phillip Island, y el sábado hicimos una buena calificación", celebra.
"La pena es que en carrera no tuve tiempo para nada, casi literalmente. Sin saber cómo, ya me vi en el suelo. Pude seguir en carrera y comprobar que tenía muy buen ritmo, estaba rodando mejor que el grupo de cabeza, pero desgraciadamente volví a irme al suelo. Y de nuevo sin previo aviso. Es raro porque cuando no tienes 'grip', o algo va mal, generalmente te da un pequeño aviso antes, pero aquí no fue así", añade.
Por ello, el español quiere tomarse la revancha en la última carrera del año. "Lo único que quiero ahora es llegar a Cheste y ofrecer al equipo el final de año que se merece, y quitarnos este mal sabor de boca", concluye.
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