Inter, de la mano de un soberbio Pablo Daniel Osvaldo -que reemplazó a Icardi, lesionado, en la primera mitad- se impuso por 2-0 sobre un apático Atalanta, que nunca pudo insinuar siquiera una reacción luego de quedar en desventaja. El ítaloargentino abrió la cuenta con un golazo de tijera, luego de que Palacio marrara un penal, mientras que Hernanes le puso cifras definitivas al encuentro con un tiro libre exquisito sobre el final del duelo, perteneciente a la cuarta fecha de la Serie A italiana.
El Inter salió al campo de juego con la convicción de ir a buscar el partido, pero se encontró rápidamente con que sus propias falencias le impedían generar peligro serio en el arco de Sportiello. El conjunto de Walter Mazzarri era muy largo, y ese pecado obligaba a los dos extremos -separadísimos entre sí- del equipo a tener actuaciones sobresalientes para poder sacar diferencias, y a un mediocampo estático que poco aportaba en defensa y en ataque.
Sin embargo, la propuesta del Atalanta tampoco era deslumbrante, y con un Maxi Moralez apagado y Germán Denis esperando en el banquillo de suplentes, era poco lo que generaba el equipo de Bérgamo.
Así las cosas, en un partido mal jugado pero con ocasiones que lo hacían vistoso, Vidic pudo abrir el marcador pero su cabezazo se estrelló en el palo. Icardi, la carta de gol más peligrosa del neroazzurro, debió salir a los 25 minutos por problemas que sufrió en su pierna derecha. Allí, aunque nadie lo sospechara, estuvo la clave del partido: en su lugar ingresó Pablo Daniel Osvaldo, la figura del partido.
Palacio, errático como en los últimos meses, tuvo en sus pies el gol tras el penal -dudoso- que el árbitro le concedió por una falta sobre Ranocchia, pero el ex-Banfield y Boca no pudo superar la buena estirada del arquero Sportiello. Parecía difícil que alguien abriera el marcador si no fuera por intermedio de una pelota parada.
Y así fue nomás. A los 39, tras un centro desde la derecha, Osvaldo dibujó una tijera en el aire y colocó la pelota adentro del arco, dejando sin responsabilidad al uno visitante. Golazo.
Atalanta hizo poco por la reacción. En el complemento ingresó Alejandro Papu Gómez, pero ante la ausencia de juego combinado todo se reducía a intentos aislados, en su mayoría remates de larga distancia. Handanovic se hizo grande y el Inter casi que no se preocuó demasiado.
Mientras tanto, Osvaldo seguía siendo el jugador más desequilibrante en el Inter, y hasta asistió a Palacio que no pudo gritar por culpa del palo. Proactivo, el delantero que llegó de Juventus ayudó en las dos áreas, marcó, metió y adelantó a su equipo en todo momento, tarea que ni Kovacic ni Palacio cumplieron, mientras que Guarín y Gary Medel intentaban mantener el equilibrio defensivo.
Parecía que no pasaba nada más en un partido cerrado, hasta que a cuatro del final, Osvaldo -sí, otra vez el ítaloargentino- generó un tiro libre al borde del área y Hernanes (recién ingresado) le rompió la portería a Sportiello con un derechazo fulminante que se clavó en un ángulo.
Inter volvió a demostrar que no hace falta un juego vistoso y colectivo para sumar de a tres; Atalanta ratificó porqué solo lleva dos goles marcados en cuatro partidos, y Osvaldo cumplió en otra noche consagratoria para el conjunto de Mazzarri, que quedó a cuatro de los líderes, Roma y Juventus.
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