En los últimos 15 días, los vectores del diagrama que
compone el mapa de los motores que emplearán las escuderías de Fórmula 1 a
partir de la temporada que viene se han vuelto locos. Toro Rosso anunció en
Mónaco un nuevo acuerdo con Renault, que relevará a Ferrari, y Williams hizo
oficial su nueva alianza con Mercedes, de la misma forma que Honda y McLaren ya
habían publicitado antes su reencuentro de cara a 2015.
Así las cosas, Renault
seguirá motorizando a cuatro estructuras (Lotus, Red Bull, Toro Rosso y
Caterham), ocho coches, exactamente la misma proporción que Mercedes (Mercedes,
McLaren, Force India y Williams). Ferrari pierde un cliente respecto a 2013 y,
además de a sí mismo, solo abastecerá a Sauber. El baile responde sobre todo a
un motivo: el cambio en el reglamento programado para el curso que viene, “el
más agresivo de los últimos 30 años”, según Stefano Domenicali, director de
Ferrari, con quien coinciden todos los demás patrones.
Renault seguirá
motorizando a cuatro estructuras, lo mismo que Mercedes
Del nuevo marco técnico
quedan muchos elementos por definir. Se sabe, por ejemplo, que se revisará la
aerodinámica de los coches y que algunos componentes, como la caja de cambios,
deberán aguantar cinco grandes premios consecutivos, uno más que ahora. De
todas formas, si hay un componente que concentra el máximo esfuerzo de los
ingenieros es el motor, que reducirá su cilindrada (de 2,4 litros y V8 a 1,6
litros V6) y pasará a ser turboalimentado, tecnología que no se empleaba en la
F-1 desde 1989, cuando la FIA la prohibió por ofrecer niveles de potencia
brutales, superiores a los 1.000 caballos. “En cronometrada y gracias a los
dispositivos de recuperación de energía (ERS), la potencia llegará a los 700
caballos, un poco menos que en la actualidad (unos 750). Pero en carrera, como
habrá que tener en cuenta el consumo, quedará entre los 550 y los 600”, aclara
Rob White, director técnico de Renault.
Si el nuevo reglamento es
una revolución, tener que afrontarla casi sin poner a prueba el material aún
complica más las cosas, y es en este punto que cobra sentido el reciente
movimiento de Toro Rosso. “Es del todo lógico porque Red Bull ya trabaja con
Renault. Con la sacudida que supone la nueva reglamentación, lo que quieren es
recabar tantos datos como se pueda. Siempre será mejor que reciban información
de cuatro coches (los dos Red Bull y los dos Toro Rosso) que solo de dos”.
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